Historia de la tanatopraxia VIII
Tanatopraxia
Se denomina tanatopraxia al conjunto de técnicas de conservación y reconstrucción del cuerpo, así como estéticas, que tienen como objetivo presentar un difunto de la mejor manera posible a sus familiares y allegados, con las debidas garantías sanitarias. El término proviene de las palabras tanato (el dios griego de la muerte) y praxis (práctica).
El gran cambio en el campo de la tanatopraxia llega con los innovadores métodos desarrollados por Jean-Nicolas Gannal (1791-1852), oficial del ejército napoleónico francés. Este farmacéutico, químico e inventor desarrolló las primeras técnicas modernas de almacenamiento temporal de difuntos y gozó de muchas oportunidades de experimentar el proceso de embalsamamiento para facilitar el traslado de los cuerpos durante la campaña de Rusia.
Gannal dedica la mayor parte de su vida a experimentar con diferentes soluciones químicas hasta desarrollar una técnica por inyección que, a través de la corriente sanguínea, permitirá que los conservantes líquidos impregnen todos los órganos y tejidos del cadàver. Con su amigo Louis-Joseph Gay-Lussac analiza científicamente los resultados obtenidos con diferentes productos. El proceso inventado por Gannal consistía en hacer una pequeña incisión en el lado del cuello donde se encuentra la arteria carótida en la que, con la ayuda de una bomba, se inyectaba el líquido conservador (una solución de acetato y de sulfato de aluminio); en dos horas, la operación había terminado y el cuerpo yacía encerrado en un ataúd de plomo. Una operación rápida, limpia y segura.
La descripción de su método de embalsamamiento, publicado en 1835, tuvo una extraordinaria repercusión en la comunidad científica mundial. Gannal obtuvo el permiso del rey Luis Felipe para llevar a cabo exhumaciones que permitieran demostrar la excelencia de su método.
Otros pioneros
Durante la contienda, el cirujano Thomas Holmes (1817-1899), con la asistencia de un estudiante de Gannal de origen americano e inspirado en el ejemplo de su colega francés, mejoró su método de conservación y llevó a cabo muchos embalsamamientos para el traslado de los cuerpos de los soldados fallecidos. Su reputación sobrevivió hasta después de la Guerra Civil y gracias a él la práctica de la conservación de cadáveres ganó numerosos adeptos en Estados Unidos.
En 1880, el profesor Joseph Henry Clarke instaura en Cincinnati los fundamentos de la enseñanza moderna de embalsamamiento y en 1882 celebra la primera clase.