La muerte del amor de tu vida
Al igual que cuando llegan las Navidades, el Día de la Madre y otras tantas fechas señaladas, el 14 de febrero puede tener un sinfín de connotaciones para muchas personas. El conocido como Día de los Enamorados suele celebrarse como una exaltación de las relaciones de pareja, lo cual puede acrecentar el dolor de quienes hayan perdido al amor de su vida y se enfrenten a la dificultad de gestionar el duelo en San Valentín.
Perder a una persona con la que se tiene un vínculo sentimental y amoroso, a nivel emocional, puede suponer el inicio de una etapa muy compleja. Las clásicas etapas que suelen atravesarse al perder a un ser querido pueden magnificarse cuando se trata de un cónyuge o pareja: desde una prolongación de las fases de shock, rabia y desesperanza hasta, finalmente, la reorganización: esta última etapa es la más dura de superar por muchos motivos.
Vivir la muerte de una pareja supone perder a esa persona con la que hemos decidido llevar una vida conjunta. Con quien hemos aprendido a disfrutar de cada detalle de un almuerzo, un viaje, un paseo, un beso, una película… Un sinfín de cosas que, con el duelo, deberemos reaprender a disfrutar, aunque inicialmente parezca imposible.
Una fecha muy señálada para la pareja
El duelo en San Valentín tiene muchos paralelismos con lo que aquellas personas que hayan perdido a familiares cercanos pueden sentir en Navidad. Ese vacío que queda en la mesa, esa celebración que siempre hemos asociado a una persona concreta pero con la que ya no vamos a poder vivirla más, la sensación de inactividad y ausencia… Un cúmulo de situaciones emocionales adversas, con distintas causas pero de similares consecuencias.
La celebración del 14 de febrero, independientemente de sus detractores y personas que ponen en duda su carácter romántico y amoroso, está lleno de señales que, incluso para quienes no lo celebren, harán evocar situaciones de pareja, convivencia y relaciones sentimentales. Es prácticamente imposible aislarse por completo de todas las campañas, anuncios y publicaciones relativas a este día, lo cual hace todavía más compleja su gestión psicológica ante el bombardeo.
Consejos para superar el duelo en San Valentín
El duelo en San Valentín puede superarse, o al menos sobrellevarse, con algunas de las recetas universales, pero sobre todo con una de ellas: la compañía. Si el duelo se hace más llevadero en compañía de personas con las que tengamos relaciones sinceras y adultas, esto puede ser especialmente importante en fechas como el 14 de febrero: aunque sea imposible pasar el Día de los Enamorados con la persona a la que se ama, alguien con quien pasar el tiempo, entretenerse y divertirse puede complementar el elemento principal de este día para quienes atraviesen esta situación: no estar a solas.
Desgraciadamente, ni pasar todo el día de San Valentín en compañía de un familiar o unas amistades conseguirá mitigar todo el dolor de aquellas personas que hayan perdido a quien consideran el amor de su vida, pero al menos, como en otras situaciones, sí es muy bueno poder abrirse a hablar sin tapujos de nuestros sentimientos sabiendo que hay alguien escuchando con sincera atención al otro lado.
Por supuesto, debemos tratar de seguir una gestión activa del duelo en San Valentín. Limitarse a dejar pasar el tiempo puede parecer útil, pero lo importante no es que el dolor quede lo más atrás y lejano posible, sino aprender a superarlo. Mantener ciertas rutinas puede ser de gran ayuda: celebrar el día con algún familiar o amistad en el restaurante más frecuentado durante la vida en pareja, preparar el plato típico del día o replicar los mismos planes es una buena manera de crear nuevos recuerdos y honrar los pasados al mismo tiempo.
La superación está ahí fuera
También es importante dejarse ayudar. Ya sea por profesionales o por otras personas de nuestro entorno, una mano en el hombro y unas palabras adecuadas pueden hacer mucho por alguien que se encuentre afectado. Por muy subjetivo y personal que sea el duelo, es prácticamente imposible que el alivio y la superación se encuentren en el aislamiento y la cerrazón.
Luisa Pedrero, psicóloga del equipo de Apoyo al Duelo y coordinadora del servicio Apoyo a la Pérdida en Málaga, pone el foco en lo primordial a la hora de superar este tipo de duelo: “Convertir su recuerdo en fuerza”. “Intentar que cada vez que recuerdes su sonrisa, su presencia, sus palabras o su amor te llenes tanto que ese recuerdo te impulse a seguir viviendo y disfrutando”, sostiene la experta.
La dificultad de convertir lo que inicialmente se ve de manera negativa en un impulso es, precisamente, aprovechando esa intensidad emocional: “Que su recuerdo te haga fuerte, te llene de energía y de amor”. “Una paciente en consulta me comentó que cada vez que salía de viaje y entraba en algún museo cerraba los ojos por unos segundos y recordaba a su marido y lo mucho que disfrutaba del arte”, cuenta la psicóloga. “Ella reaprendió a disfrutar de esos momentos imaginando o sintiendo que su marido estaba allí”, asegura. Lo principal, por complicado que parezca, es “que ese amor sea el bálsamo y la gasolina”.
Como en todos los casos, y pese a que perder a una pareja sentimental pueda resultar si cabe más doloroso, la persona afectada debe tratar de dar un paso al frente y tomar las riendas de sus emociones, para poder comprenderlas y superarlas. El duelo en San Valentín, esa soledad forzada, es un trago amargo, pero que con las medidas adecuadas puede sobrellevarse.